Divagaciones acerca de la libertad

sábado, 30 de junio de 2007

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“El reino de este mundo”, podría ser considerado el comienzo de lo real Maravilloso, como sea que fuese, estamos frente a una de las obras más representativas del Boom Latinoamericano, una obra literaria en la cual la magia, la fantasía, la historia y en general las tradiciones afro-cubanas convergen y confluyen en una prosa, oscura y llena de recovecos. En esta obra existen muchos temas intrigantes y enigmáticos, algunos más importantes que otros; de entre todos ellos hemos decidido analizar un asunto que ha permanecido (y seguramente permanecerá por los tiempos de los tiempos) en tinieblas. “Decidimos” (entre comillas, debido a que no sabemos, a ciencia cierta, si decidimos algo de forma intuitiva o fuimos consciente de este acto) tratar este tema, aunque sea superficialmente, por ser un asunto que trasciende en el conflicto entre negros y blancos (y, en general, en muchos otros), es decir nos referimos a la cuestión de la Libertad; pero una interrogante nos asalta, ¿Qué es la Libertad? ¿Hasta dónde llega? ¿Quiénes son libres, cuáles son esclavos, y por qué? En la obra es Ti Noel el que ha de buscar, junto con todo su pueblo, la respuesta a estas preguntas y, sobre todo, la tan ansiada y anhelada Libertad. Al plantearnos este asunto de la Libertad observaremos que en cada mente existe una idea distinta que cambia con el tiempo, el espacio y las conveniencias personales; algunos se consideran libres mientras no estén con grilletes ni en la cárcel o mientras no estén supeditados a otro ser humano (que comúnmente se llama Amo), otros piensan que se nace con la Libertad, lo que conocemos como Libre Albedrío, sin embargo hemos de preguntarnos ¿Se nace con libertad o se obtiene? De obtenerse ¿Cuándo se alcanza? Mientras somos bebes lloramos y hacemos berrinches y si no se nos amamanta nos chupamos el dedo ¿Es ahí cuándo se elige libremente? Al tener seis años jugamos con figuras de acción, y cuando nos asustamos corremos, sin pensarlo dos veces, donde nuestros seres queridos ¿Es en esta edad cuándo tomamos nuestras propias decisiones? A los quince años nos compramos ropa y vestimos a la moda ¿Es ahora cuándo finalmente somos libres de toda atadura? A los veintidós vamos de fiesta en fiesta, de parranda en parranda, nos embriagamos y decimos cosas que, estando sobrios, hubiéramos preferido callar ¿Será la hora para elegir libremente lo que queremos o no queremos hacer? Y en el ocaso de nuestras vidas, cuando se acaba nuestro cuerpo tangible ¿Seremos, en ese nuevo estado, libres?, Carpentier de una forma muy explícita, da a conocer, casi al final de su obra, que allá, por lo menos en el reino de los cielos no se consigue la libertad absoluta. Esta más que claro que no se nace con Libre Albedrío, nadie eligió nacer hombre o mujer, tonto o inteligente, negro o blanco, bajo o alto, etc.; por esto nosotros pensamos dos cosas, primero: ningún ser humano nace con Libertad o con libre albedrío, segundo: la Libertad no adviene con la edad; es así como ninguno de nosotros mueve el cuerpo a propia voluntad, aparentemente cada cual dirige su mano a su antojo, para arriba o para abajo, pero, por mucho que nos duela, la mano sólo se puede mover conforme a las reglas o leyes de la naturaleza, nadie le puede pedir a su mano que salte y baile, que vea o escuche, que vuele por ahí o por acá, y el ser humano también está condicionado por las leyes de la naturaleza, el ser humano y todo lo demás; entonces podemos decir, sin temor a equivocarnos, que ningún ser humano es absolutamente libre, por lo tanto, si nadie es absolutamente libre, todos somos, en cierto modo, esclavos -lo que pasa es que no nos damos cuenta de eso porque hay muchas y muy complejas causas detrás de cada cosa que se hace y/o se piensa-.

Esta regla a la que están sometidas todas las cosas, es la que intenta romper la obra “El Reino de este Mundo” de Carpentier a través del personaje Makandal una especie de brujo Vodú, el que podía transformarse en múltiples seres, saliendo del esquema que le correspondía como Ser Humano. Este brujo realizaba estas transformaciones con el fin de liberar a su pueblo de la “esclavitud” en la que estaban sumidos. Cabe destacar, que el personaje que Carpentier eligió para ser el que ayudaría a la liberación del pueblo Haitiano, sería lo más cercano a lo que se puede considerar como un hombre “libre”, pero ¿Es esta la libertad?, el no regirse por las leyes inherentes al humano, ¿Es esto un indicio de la libertad?

“!Yo no soy esclavo!” pregonarán algunos, pero indudablemente somos esclavos de nosotros mismos y de los demás, “Pobres gentes, suelen siempre convertirse en víctimas, cuando alguien les adula sonríen; cuando se les humilla sufren; insultan si se les insulta; hieren si se les hiere; nunca son libres. Sus semejantes tienen poder para llevarlos de la alegría a la tristeza, de la esperanza a la desesperación”(1), nosotros pensamos que esta cuestión de la Libertad está “en chino”, como dicen algunos, ya que al plantearse la interrogante de ¿Qué es la Libertad? Existe en cada mente una idea completamente diferente, cada cual le da un significado que está establecido por sus simples e insignificantes experiencias y efímeras necesidades, pero lamentablemente las gentes siempre se pelean por cosas que nunca entienden, tanta sangre derramada en nombre de la tan ansiada emancipación, tantos héroes muertos en pos de la independencia, de poco nos sirve que nuestros héroes patrios hayan muerto para que Chile se independizara de España si todos nosotros continuamos, en nuestro interior y en nuestro exterior, siendo tan o más esclavos que los mismos negros de “El Reino de este Mundo”.

“Libertad, hermosa palabra, bello término ¡cuantos crímenes se han cometido en su nombre!”(2) cuanto nos gustaría que viviésemos en un mundo libre (entendido, en esta parte, mundo como el planeta Tierra), como nos gustaría que el Reino de este mundo fuese libre, tal vez en el Reino del otro mundo las personas sean libres, no lo sabemos, y Carpentier, al menos en su obra, describe que “En el reino de los cielos no hay grandeza que conquistar, puesto que allá todo es jerarquía establecida, reposo y deleite… el hombre solo puede hallar su grandeza, su máxima medida en el reino de este mundo”(3); ¿Cómo sería un mundo libre? Basándonos en que las cosas solo viven bajo las leyes de la naturaleza, nos encontraremos en un mundo recto, a cada cual le correspondería lo justo y cada cual haría lo que le corresponde, en ese mundo no existiría la tristeza ni la alegría, sólo existiría el estado que viene conjuntamente con la Libertad: la Felicidad, un término extremadamente espinoso y oscuro tanto o más que la misma Libertad (y que no desarrollaremos con su debida profundidad por respeto a la primera pregunta), para aclarar el asunto de la felicidad sólo diremos que “Si se logra acabar con el "Mi Mismo", con "Mis Borracheras", con "Mis Vicios", con "Mis Afectos", que tanto dolor me causan en el corazón, con mis preocupaciones que me destrozan los sesos y me enferman, etc., etc., es claro que entonces adviene eso que no es del tiempo, eso que está más allá del cuerpo, de los afectos y de la mente, eso que realmente es desconocido para el entendimiento y que se llama: ¡FELICIDAD!”(4) de esta definición (por llamarlo así) especulamos que, en cierta medida, la Felicidad y la Libertad o son lo mismo, o van de la mano.

En este “mundo libre” hemos de encontrarnos con reinos (o tal vez sólo un gran Reino) que viven (o vive) en Libertad, de existir un sistema político ¿cuál sería? seguramente estaría basado en lo siguiente: “imagínense que son miembros de un consejo muy serio, conformado por mujeres y hombres, que va a elaborar todas las leyes de una futura sociedad, los cuales tendrían que evaluar absolutamente todo, pues al llegar al acuerdo y haber firmado las leyes se morirían, pero despertarían inmediatamente en esta nueva sociedad con esas leyes, la gracia está en que no sabrían que lugar ocuparían en ese sistema, ni que sexo, ni que condición”(5) esta sería, a nuestro parecer, aquella sociedad libre e igualitaria, pues las leyes estarían diseñadas para beneficiar a todos, hombres y mujeres, niños y ancianos, etc., en forma justa, libre y en igualdad.

Las mujeres y los hombres de este Reino vivirían en completa armonía, en gran dicha, sus actos serían los correctos ya que estarían dirigidos por ideas libres y justas (Libres todos ellos solo bajo las leyes de la naturaleza), aquí imperaría la paz y tranquilidad, como un paraíso en la Tierra; desafortunadamente para que llegue a pasar esto aún faltan eones, basta observar el sistema político actual, que va desde la extrema izquierda hasta la extrema derecha, para darse cuenta que no existen este tipo de leyes y que no existen estos valores trascendentales como son la paz y la tranquilidad, tan deseados por la humanidad pero tan escasos y esquivos; de cualquier manera ésta es sólo una de las muchas formas en las cuales se puede concebir un mundo libre; las opciones son infinitas y las oportunidades, de conseguirlo, ominosas; tan solo nos queda “El primer sorbo amargo de aquella terrible ilusión: Esperanza”(6) Esperanza de que la gente pueda llegar a entenderse, a entenderse a sí misma y entender a los demás.

Es por esto que hemos llegado a la siguiente conclusión:

La Libertad sólo se consigue mediante el autoconocimiento de uno mismo, y de aquellas partes, externas y sobre todo internas, que conforman al Ser humano en su totalidad; esperando que en ellas no interfieren las condiciones exteriores (tales como el lugar en donde se encuentre, el régimen político en el cual esté inmerso, la clase socio-económica, las opiniones del vulgo, etc.); por lo tanto, son esclavos todos aquellos que desconocen las verdaderas causas que lo originan (Al autoconocerse se conocerán todas las verdades -entendemos verdad como la conformidad del conocimiento con su objeto, no obstante las definiciones de este concepto son múltiples y muy diversas, han cambiado con el tiempo y existen autores que sostienen que la verdad es inalcanzable para la mente- que están en estrecha relación con el ser humano, por ejemplo ¿Quiénes somos?, ¿De dónde venimos?, ¿Dónde estamos? y ¿Hacia dónde vamos?, preguntas que aparentan ser pueriles y simples pero que muy pocos han podido responder con conocimiento seguro y sin cambiar la respuesta a lo largo, o breve (depende del cristal con que se mire), de la vida.

  • Bibliografía:

  • “El reino de este Mundo”, Alejo Carpentier (3)
  • “La Gran Rebelión”, Samael Aun Weor (2) (4)
  • “Sicología revolucionaria”, Samael Aun Weor(1)
  • El Mundo de Sofía”, Jostein Gaarder (5)
  • “Etica; Demostrada según el orden geométrico”, Baruch Spinoza
  • Legacy of Kain: Defiance”, Eidos (6)

Bienvenidas almas viajeras del tiempo...

2 comentarios

Bienvenidas a su Destino... (cita de Moebius).
Asi pues, finalmente y por una curiosa razon me he construido un blog, que sera extremadamente bueno a su tiempo, por mientras subire un ensayo que hice sobre la libertad del hombre (derechos reservados); Asi que a divertirse (aburrirse) leyendo.

Smid.